IMPRESIONES DE UNA TORTOGA

TODOS VIVIMOS BAJO EL MISMO CIELO, PERO NO TODOS , TENEMOS EL MISMO HORIZONTE

sábado, 20 de noviembre de 2010

...al recibo de ésta...


Almonte: 20 de noviembre de 2010
Querid@ amig@:
Espero y deseo que al recibo de ésta, te encuentres bién, yo bién, gracias a Dios.
El motivo de mi carta es para decirte que, aunque tardo bastante en escribirte, no creas que por éso te olvido.
Todo lo contrario, estás siempre en mi pensamiento, pero la vida nos arrastra con frenesí y el cuerpo no acompaña, a veces al pensamiento, y...¡mira que el pensar es rápido!, pero ní así.
Hoy, he despertado de un gran letargo y me he propuesto varias cosas, algunas no las cumpliré, como siempre pasa, pero la primera era comunicarme contigo y, ya vés...¡lo estoy cumpliendo!
No tengo grandes cosas que contarte, mi vida es, como la de todos: días buenos, días regulares y días para olvidar, pero de todos se aprende, porque cada día nos trae una tristeza, una alegría, un sacrificio y una satisfacción.
Además, como dice Coelho:"cada día nos trae un momento en el que tenemos la opción de cambiar nuestro destino". Ahí está la clave ¿cómo reconocemos ése instante?.
No quiero estenderme para no cansarte, es por éso que dejo pendiente muchas cosas que deseo contarte, pero te prometo que cumpliré mi palabra de escribirte con más frecuencia.
Me despido de tí con todo el cariño del mundo, deseándo que séas feliz en su justa medida.
Tu amiga que te quiere
P.D.: De la felicidad hablamos otro día.

jueves, 18 de noviembre de 2010

¿Esperando?


¿De quién somos huérfanos?
¡que nos sentimos tan solos!

lunes, 15 de noviembre de 2010

EL CENTÉSIMO NOMBRE


Un estudiante pidió a un maestro sufí que le revelase el quinto nombre de Dios.
_Quien conoce ése nombre es capaz de cambiar el curso de la historia_ comentó.
El maestro le dijo que pasara un día entero a las puertas de la ciudad. El muchacho obedeció, y volvió al día siguiente.
_¿Qué es lo que viste?_ preguntó el maestro.
_Un viejo intentó entrar en la ciudad con un carnero para vender. El guarda le quiso cobrar un impuesto, pero el hombre no tenía dinero.
Entonces el guarda le robó el carnero y lo echó.
Yo pensaba: si supiese el nombre oculto de Dios, podría cambiar esta situación.
_Podrías haber cambiado esa injusticia, pero preferiste soñar con una revelación.
¡Qué tontería!. Pues bien, voy a revelarte el quinto nombre de Dios: actúa a favor del prójimo.
Sólo así podemos cambiar el curso de la historia.